El sueño es uno de los temas que más nos trae de cabeza a los padres primerizos. A nosotros nos tocó un bebé que dormía mal por las noches, por lo que creo que este fue el asunto que más nos preocupó durante su primer año. Finalmente conseguimos dormir de un tirón gracias al método padre. En este post te cuento en qué consiste y cuál fue nuestra experiencia.

Aunque popularmente se conoce que los primeros meses con un bebé en casa no se suele dormir muy bien (la gente ya se encarga de recordártelo durante el embarazo), no sabes realmente lo duro que se hace hasta que te toca vivirlo. Al menos a mí me repitieron mucho estando embarazada eso de: “Aprovecha a dormir ahora que puedes, que después ya verás”. Me daba mucha rabia que me lo dijeran, porque durante el embarazo ya estaba durmiendo fatal, así que solo les contestaba: “Tarde…”

También pasé años de “mal dormir” durante la carrera, por lo que pensaba que estaba más que preparada. Pero la verdad es que con un bebé es un “mal dormir” diferente, a mí al menos me resultó más duro. Aún así, intento siempre evitar decir este tipo de fases típicas a las amigas embarazadas. ¿Para qué, si no ayudan en nada?

Los bebés que duermen bien desde el primer día también existen, ¡ojo! Yo no he tenido el gusto de vivir esa situación en primera persona, pero me consta que los hay. Pero si has llegado a este artículo buscando cómo dormir de un tirón, intuyo que tú tampoco has tenido esa suerte con tu bebé. Por esto quiero contarte nuestra experiencia y cómo logramos nosotros volver a dormir de un tirón gracias al método padre.

Nuestras noches antes del método padre

Nuestro hijo Lorenzo no durmió especialmente bien en sus primeras semanas, pero tampoco demasiado mal. Cuando tenía un mes se despertaba 2 ó 3 veces y nos dábamos por satisfechos. ¡Con la de historias que habíamos oído sobre bebés que no dormían, firmábamos eso para el resto de su infancia! Sin embargo, la cosa comenzó a empeorar poco a poco. Hasta que llegamos al punto de que con 9 meses se despertaba cada 20 o 30 minutos durante toda la noche.

A esa edad acababa de dejar la minicuna de colecho y dormía en la cuna en su habitación. En el primer despertar me lo llevaba a nuestra cama, ya que nos resultaba más rápido volverlo a dormir así. Colecho de supervivencia lo llaman.

Sus despertares eran breves. No lloraba mucho y volverlo a dormir era fácil, porque lo único que demandaba era el pecho. Pero me daba cuenta de que no lo tomaba por hambre. Se enganchaba unos segundos y se volvía a dormir. Y aunque se volviera a dormir rápido y una vez lo teníamos en la cama con nosotros no me tenía que levantar, despertarme cada 20 minutos durante toda una noche era realmente agotador para mí. Me resultaba muy complicado estar bien al día siguiente y rendir en el trabajo o en la vida en general.

Nuestras noches antes del método padre

A esto le sumamos que en diciembre teníamos una boda fuera y teníamos previsto dejar a Lorenzo con los abuelos el fin de semana. Y, en estas condiciones, nos entraban sudores fríos de pensar qué noches iban a pasar tanto el bebé como los adultos.

Entonces, buscando una posible solución dimos con Nuria, que con el post de su blog y unos mails que nos cruzamos nos convenció de probar con el método padre. ¡Y nos cambió la vida!

¿Qué es el método padre para dormir de un tirón?

El método padre consiste, básicamente, en “que se encargue su padre” de atenderle cuando se despierta por la noche. Vamos, su padre, su otra madre, su tía u otra persona con un vínculo fuerte con el bebé que no sea quién se encarga de la lactancia materna. Supongo que el nombre lo pusieron por ser lo más frecuente que se encargue el padre, pero está claro que hay muchos tipos de familias y cada una podrá adaptar el método a su situación particular.

Se trata de realizar un destete nocturno de la forma más respetuosa posible, para lograr así que el bebé (y por tanto, sus padres) puedan dormir mejor. No consiste en dejar al bebé llorar, sino que siempre es atendido. Lo que cambia es la persona que lo atiende: en vez de acudir la mamá, acude el papá u otro adulto de referencia. De esta manera, lo calmará una persona muy cercana, pero sin darle el pecho.

Si el método funciona, el bebé comenzará a dormir un poco mejor cada noche. Y si no funciona, simplemente será que el bebé aún no está preparado y sigue necesitando a su madre como única opción durante las noches. En este caso, paciencia. Se puede volver a probar dentro de un tiempo. ¡Llegará el día de volver a dormir de un tirón!

Nosotros siempre hemos sido contrarios a dejar llorar al bebé por la noche y tratamos de educarle con apego, atendiendo a sus tiempos y con el máximo respeto a sus necesidades y evolución. Necesitábamos hacer algo para poder descansar mejor los tres y, cuando nos hablaron de este método nos pareció que podía ser la manera de lograrlo pero sin dejar de darle a nuestro hijo lo que demandaba.

¿Cómo se aplica el método padre?

No hay un “paso a paso” para aplicar el método padre, sino que cada familia debe hacerlo de la forma que más se adapte a su situación concreta. Pero sí hay una serie de recomendaciones para aplicarlo.

Básicamente consiste en que, cuando el bebé se despierte por la noche, será el otro adulto el que vaya a atenderle. A partir de aquí, cada uno puede poner en práctica sus propios trucos: acunarle, dormirle en brazos, colechar, ofrecerle agua o leche si parece tener hambre o sed… Lo que cada persona considere que ayudará a calmar a su bebé y a que vuelva a dormir.

Es importante tener en cuenta que el bebé debe tener un vínculo fuerte con la persona que le vaya a atender por la noche en lugar de la madre. De esta manera se sentirá tan seguro y atendido en sus despertares como si acudiera su madre.

Método padre: vínculo entre el bebé y el adulto

En los casos en los que se esté realizando colecho, es recomendable que la madre no duerma junto al bebé. En algunas situaciones, bastará con cambiar el lugar de la cama y que el padre (o la otra mamá) duerma entre el bebé y la mamá que da el pecho. En otros casos, es preferible que la madre duerma en otra habitación de la casa. Incluso hay quien opta por ir a dormir a otra casa durante unos días.

También es necesario saber que no se puede realizar cuando la lactancia materna todavía es exclusiva y a demanda, por tanto su única fuente de alimentación. Así pues, antes de los 6 meses, si toma lactancia materna exclusiva, no conviene realizar el destete nocturno. No obstante, puedes consultar con tu pediatra para cualquier duda.

Cómo lo hicimos nosotros

En nuestro caso, decidimos probar con el método padre en el puente de la Constitución. Al tener varios días seguidos festivos, pensamos que sería menos duro si al día siguiente no teníamos que madrugar o trabajar. Lorenzo tenía entonces casi 10 meses.

También decidimos que yo dormiría en el sofá. De esta manera, con el primer despertar Dani podría llevarse a Lorenzo de su cuna a nuestra cama, para tratar de volver a dormirlo colechando. Pero si yo lo oía llorar y Dani no conseguía calmarlo, podría acudir a ayudarles.

La primera noche transcurrió sin incidencias. Tras darle el pecho, lo dejé dormido en su cuna. El primer despertar fue a la hora de siempre y Dani se lo llevó a la cama. Volvió a dormirse rápido. Después hubo más despertares, pero sin lloros (ni del niño ni del padre). Dani lo calmaba en seguida y vuelta a dormir. Vamos, que le dio totalmente igual que le atendiera su padre o yo. ¡Cero dramas!

La segunda y la tercera noche apreciamos un cambio notable. Hicimos lo mismo, pero hubo menos despertares (2 ó 3). Se removía un poco y vuelta a dormir. Yo, desde el salón, apenas me enteré. ¡Dormí como hacía tiempo!

La cuarta noche fue diferente. Volvimos de cenar fuera y Lorenzo estaba algo alterado a la hora de dormir. Hubo un poco de pánico escénico, así que Dani me pidió que durmiera en la cama, ya que la última vez que habíamos salido a cenar Lorenzo había estado más inquieto durante la noche. Así lo hicimos y, ¡sorpresa! Un único despertar en toda la noche pero sin tener que recurrir a la teta para volverlo a dormir.

Así logramos dormir de un tirón con el método padre, ¡un éxito absoluto!

Nuestras noches después del método padre: ¡dormimos de un tirón!

La prueba de fuego era para nosotros el siguiente fin de semana, que como he comentado íbamos a estar dos noches fuera y Lorenzo iba a dormir con los abuelos (cada noche con unos, somos muy equitativos en el reparto de nieto). Pues bien, ¡ambas noches durmió de un tirón! Cuando nos lo contaron a la mañana siguiente no nos lo podíamos creer.

Método padre para dormir de un tirón

Después de esto, las noches siguieron igual de bien. Normalmente con un único despertar, en el que nos lo llevábamos a nuestra cama y se volvía a dormir rápido y sin demandar el pecho. De vez en cuando, nos regalaba también alguna noche de un tirón en su cuna. Continuamos así muchos meses, hasta que a los 2 años le cambiamos la cuna por una cama y desde entonces ya no quiso volver a la nuestra (aunque a veces todavía me toca ir a mí a dormir a la suya).

Y esta ha sido nuestra experiencia para lograr dormir de un tirón gracias al método padre. Puedes imaginar el enorme cambio que supuso en la calidad de nuestro descanso y de nuestro día a día. Por esto me convertí en una fiel prescriptora de este método. Compartir es vivir y cuando se trata de mejorar el descanso, ¡es vivir mucho más!

También he de decir que sé de amigas a las que no les ha funcionado. Depende de cada caso, de cada bebé… Pero en nuestro caso, desde luego, chapeau! No sé si exagero, pero realmente creo que nos cambió la vida.

¿Conocías o has usado el método padre para que tu bebé duerma mejor? ¡Cuéntanos tu experiencia!