El consumo de plásticos es un tema que nos ha preocupado desde hace mucho. Sin embargo, tardamos algún tiempo en cambiar el chip y ponernos en marcha para reducir el consumo de plástico en casa. El pasado mes de septiembre, al fin, nos decidimos a modificar algunas de nuestras rutinas y queremos contarte cómo lo hicimos.

En los últimos meses el plástico se ha convertido en un tema de moda. Aunque en el fondo  hace tiempo que sabíamos que era un problema que estaba ahí, creo que muchos preferíamos mirar para otro lado. Era un campo de batalla en el que nos daba pereza entrar. Pero por suerte, en 2019 se habló mucho del medioambiente, del problema del plástico y del cambio climático. Y, aunque creo que todavía queda mucho por hacer, las imágenes que se vieron y los artículos publicados hicieron que muchos de nosotros tomáramos más conciencia de este problema.

La extensión de su uso, el lento proceso de degradación, la corta vida útil de algunas de sus aplicaciones y la rapidez de su dispersión lo han convertido en una amenaza urgente. Creo que es muy necesario que todos apliquemos cambios en nuestras rutinas para hacer frente a este problema. Por pequeño que sea, cualquier cambio va a generar un impacto positivo en el medio ambiente. Todo suma.

Cómo empezamos a reducir el consumo de plástico en casa

El verano pasado leí el libro “Vivir sin plástico: Consejos, experiencias e ideas para darle un respiro al planeta”, de los autores del blog Vivir sin plástico, y fue el revulsivo que necesitaba para no posponerlo más. Especialmente, me impactaron las cifras que daba en cuanto a las toneladas de plástico que se lanzan al mar (¡200 kilos por segundo!), las posibilidades reales de reciclaje y el futuro hacia el que nos dirigimos si no hacemos nada.

Río contaminado por plástico

Os dejo el enlace al libro, tanto en versión e-book como en versión papel por si queréis leerlo. Os lo recomiendo totalmente, para tomar conciencia y para saber por dónde podéis comenzar.

Ver libro «Vivir sin plástico»

A la vuelta de las vacaciones, en septiembre, decidimos llevar a cabo algunos cambios en nuestras costumbres para reducir el consumo de plástico en casa, especialmente de aquellos envases cuya vida útil es muy reducida. Nuestro plan fue ir poco a poco, adaptándonos a los cambios a nuestro ritmo, ya que sabíamos que si trabábamos de hacer un cambio brusco acabaríamos abandonando.

Te cuento a continuación cuáles han sido las rutinas que hemos ido adaptando desde entonces. La verdad es que, aunque no hemos llevado un registro exacto, desde el primer momento notamos muchísima diferencia en cuanto a las bolsas de basura de plástico que estábamos generando.

Nos queda mucho por hacer, pero estamos contentos con los resultados de estos primeros pasos. Seguiremos ampliando con nuevos artículos conforme vayamos aplicando nuevos cambios en nuestro día a día.

1. Champú y gel sólido

Este cambio realmente lo habíamos hecho unos meses antes a raíz de unos artículos que estuvo leyendo Dani. Se trata de sustituir los botes de champú y gel líquidos por champú y gel en pastilla sólida, que normalmente vienen envueltos en papel. Es una de las maneras de reducir el consumo de plástico en casa  más fáciles y el plástico que se ahorra al año es considerable. Además, el baño se ve más despejado y no se acumulan cantidad de botes sin usar en la bañera, como suele pasar.

Champú y gel sólido para reducir el consumo de plástico

El cambio es fácil, sin embargo, puede llevarte un tiempo dar con el champú adecuado para tu pelo. A mí me costó unos cuantos intentos. Con todos se me quedaba el pelo limpio, sin embargo, con los primeros que usé se me descamaba la piel en algunas zonas de la cabeza. Leyendo en blogs especializados descubrí que era un problema producido por los sulfatos, concretamente por el «Sodium Lauril Sulfate” (SLS). Muchos champús (tanto sólidos como líquidos) lo incluyen. El problema es que, al tratar de retirar la grasa y suciedad de nuestro cabello, puede destruir también los lípidos naturales que protegen nuestra piel, produciendo descamación e irritación.

Busqué entonces champú sólido sin sulfatos y me decidí por los de la marca Inuit. He probado con varios de ellos (hay una variedad bastante grande) y todos me han ido bien, no noto diferencia con el champú líquido que solía usar. La pastilla cunde bastante, por lo que no tampoco advertimos gran diferencia económica.

En cuanto a los geles sólidos, es mucho más sencillo encontrar, y todos los que hemos usado nos han ido bien (¡y somos de pieles sensibles!). Ahora mismo estamos usando uno de aloe vera de la marca Urtekram.

2. Alimentación y compra

Cuando nos paramos a analizar el plástico que consumíamos en casa, nos dimos cuenta de que la mayoría de los plásticos los generábamos en la cocina. En seguida vimos que si queríamos reducir el consumo de plástico en casa teníamos que replantear la forma en la que hacíamos la compra e incluso revisar nuestra alimentación.

Sustituir las bolsas de plástico por bolsas de tela reutilizables (o el carrito de la compra directamente) es el primer paso por el que hemos pasado, yo creo, la mayoría de personas. Está genial para comenzar, pero hay otras pequeñas acciones que pueden suponer mucho ahorro de plástico.

En este sentido, para nosotros han sido claves los siguientes puntos:

· Planificar un menú semanal

Y si puede ser mensual, mejor aún. Antes vivíamos “al día”, prácticamente visitábamos el supermercado a diario y decidíamos sobre la marcha qué comer. Como solíamos ir a última hora y por tanto, cansados, era habitual caer en precocinados y comida no muy sana, que además venía envuelta en plásticos y más plásticos.

Al planificar un menú para toda la semana, podemos hacer lista de la compra semanal y dividirla en los comercios en los que podemos comprar los distintos alimentos con menor cantidad de envases. En consecuencia, nuestra alimentación también se ha vuelto más sana y equilibrada.

· Comprar en pequeños comercios

En vez de hacer una compra única en el supermercado, tratamos de adquirir cada tipo de alimento en su establecimiento. Frutería, panadería, charcutería, carnicería, pescadería… en ellas normalmente los alimentos vienen menos envasados, y además suelen ser más abiertos a que lleves tus propias bolsas o botes. Otra opción es hacer la compra en tu mercado local.

Reducir el consumo de plástico comprando en tiendas locales

· Comprar en tiendas a granel para reducir el consumo de plástico en casa

Un buen descubrimiento para nosotros han sido las tiendas de alimentos a granel. Por suerte, este tipo de tiendas “de toda la vida” está de moda y están volviendo a abrirse, por lo que es relativamente fácil encontrar una cerca de casa. En ellas compramos algunos alimentos que compraríamos en el supermercado, como arroz, legumbres, quinoa… es sorprendente la variedad de productos que tienen. Puedes llevar tus propios tarros de cristal, de hecho en algunas te hacen un descuento por llevarlos.

· Conservar los alimentos

Además de en la compra, estamos tratando de reducir el consumo de plástico en casa en la forma en la que preservamos los alimentos. Conforme nos se estropean los táperes de plástico los vamos reemplazando por otros de cristal (a los de plástico que ya tenemos les alargamos la vida útil todo lo posible). Por otra parte, hemos sustituido el papel de film para proteger alimentos empezados por unos envoltorios de tela con cera de abeja que nos resultan de lo más útiles.

3. Adiós a los desechables

Otra forma muy fácil de reducir el consumo de plásticos es dejar de emplear productos desechables. Aunque a priori hacen más prácticos algunos momentos o eventos, realmente son prescindibles. En las celebraciones en casa se pueden emplear vasos, platos y cubiertos “de verdad”, que además son mucho más cómodos de usar. Tocará fregar un poco más, pero es un pequeño sacrificio por el medio ambiente.

Suelo contaminado por vaso desechable

En caso de ser totalmente imposible no usar desechables, se puede optar por otras opciones un poco menos perjudiciales como el papel, el maíz ecológico o la madera.

Las pajitas de plástico también se pueden sustituir por unas reutilizables o directamente eliminarlas. Y otro cambio básico es hacerte con una botella reutilizable para el agua, en lugar de comprar botellas individuales para trabajar o hacer deporte.

4. Lavado de ropa

Otro de los cambios que hemos aplicado en los últimos meses para reducir el consumo de plástico en casa ha sido en referencia a la forma de lavar la ropa. Hace unos años ya tratamos de fabricar nuestro propio detergente, pero fue un sistema que no nos terminaba de convencer.

Pasamos después una temporada comprando detergente en polvo para evitar la botella de plástico. Pero al cabo de un tiempo, leí que tampoco es una opción muy sostenible, ya que con este tipo de detergentes se producen más microplásticos que contaminan el agua.

Hasta que hace unos meses descubrimos las nueces de lavado. Se trata de las frutas de un árbol llamado Sapindus Mukorosi y conocido como árbol de jabón. Han sido empleadas como detergente desde hace siglos en India y Nepal.

Son biodegradables e hipoalergénicas. Ablandan mucho la ropa, por lo que tampoco es necesario emplear suavizante (¡otro envase menos!). No desprenden ningún olor, pero nosotros añadimos unas gotitas de lavanda en cada lavado. Cunden bastante (1 kilo puede durar aproximadamente un año), cuidan la ropa y sale bastante limpia. Cuando hay manchas, recomiendan aplicar antes un quitamanchas, pero nosotros no hemos tenido que hacerlo todavía. Este es uno de los cambios en nuestros hábitos para reducir el uso de plásticos con los que más contenta estoy.

Lavar la ropa con nueces de lavado ecológicas

¡Continuará! Pronto, más ideas para reducir el consumo de plástico en casa

Estos son, a grandes rasgos, los primeros pasos que hemos dado en esta casa para reducir nuestro consumo de plásticos. Son cambios muy sencillos, sin grandes sacrificios, y la reducción en las bolsas de basura que llevamos cada semana al contenedor de reciclaje es evidente.

Pero no nos queremos quedar aquí, y seguiremos pensando en los próximos meses cómo podemos seguir reduciéndolo. La verdad es que ver resultados motiva y el cuerpo te pide seguir adelante para lograr más. Tras este cambio de chip, me lo pienso más antes de comprar cualquier producto. Seguiremos contando por aquí las nuevas acciones que seguimos llevando a cabo. Si tienes sugerencias, somos todo oídos.

Esperamos que tras leer este post te animes a plantearte si puedes hacer algún cambio en tu vida para reducir el consumo de plástico en casa. Creo que, si no puedes, no es necesario renunciar a aquello sin lo que puedes vivir y para ti es imprescindible. Pero si cambias todo lo demás, ya es mucho. Insisto en que, por pequeña que sea, cualquier acción cuenta.