La decisión de opositar a los 40 años puede ser un desafío, pero también puede ser una oportunidad para aquellos que buscan un cambio de carrera o una mayor estabilidad laboral. Como cualquier decisión importante, hay ventajas e inconvenientes a tener en cuenta antes de embarcarse en esta aventura.
Conforme cumplimos años, van cambiando nuestras prioridades en la vida y lo que esperamos del mundo laboral. A los 20 años queremos comernos el mundo, crecer profesionalmente, emprender, ir a vivir a otros países… Mientras que cuando se acercan los 40 (y especialmente si has tenido hijos), puede ser que busques otras cosas, o valores más la estabilidad o unos horarios que permitan conciliar la vida profesional y familiar. Si es tu caso, es probable que, como yo, te hayas planteado opositar.
Opositar a los 40 años puede ser una gran oportunidad para aquellos que buscan un cambio de carrera o una mayor estabilidad laboral. Sin embargo, volver a estudiar después de unos cuantos años y encontrar el hueco para el estudio en una vida ya estructurada, no es tarea fácil. A continuación, voy a valorar los pros y contras con los que me estoy encontrando desde que decidí comenzar a preparar una oposición.
Ventajas e inconvenientes de opositar a los 40
Ventajas de opositar a los 40 años
Opositar a los 40 años puede tener muchos aspectos positivos que vale la pena destacar.
Una de las ventajas más notables es que, a esta edad, los opositores tenemos una perspectiva más amplia y madura sobre la vida y el mundo laboral. La experiencia laboral y la edad nos permiten evaluar con mayor precisión nuestras habilidades y limitaciones. Esto nos da una ventaja a la hora de establecer metas y diseñar una estrategia de estudio. Además, los opositores de mayor edad solemos tener más claro lo que queremos en la vida y podemos estar más motivados para alcanzar nuestros objetivos.
Otra ventaja importante es que se tiene más experiencia y conocimiento que cuando se es más joven. A lo largo de los años, adquirimos habilidades y conocimientos que pueden ser muy valiosos en una oposición. Nuestra experiencia en el mundo laboral nos da una ventaja en términos de cómo manejar la presión y el trabajo en equipo. También solemos tener una mayor capacidad para gestionar el estrés y la ansiedad asociados con el proceso de oposición.
Por otra parte, a los 40 años se tiene una mayor capacidad para adaptarse a los cambios y una mayor resiliencia. Esto significa que se puede afrontar el proceso de oposición con mayor madurez, tolerancia a la frustración y capacidad para afrontar los obstáculos.
Por último, opositar a los 40 años puede ser una oportunidad para seguir desarrollando y adquiriendo nuevas habilidades y conocimientos. A menudo, los opositores tenemos que estudiar temas que no son parte de nuestra formación anterior, lo que puede ser una oportunidad para expandir su conocimiento y mejorar sus habilidades.
Inconvenientes de opositar a los 40 años
Por otro lado, opositar a los 40 años también tiene algunos inconvenientes. Uno de ellos es que la edad puede ser un factor limitante en algunas oposiciones. En algunos casos, las oposiciones establecen una edad máxima para los candidatos, lo que puede impedir que los opositores de mayor edad puedan presentarse.
Otro inconveniente es que el proceso de oposición puede ser largo y exigente. Esto puede ser especialmente difícil para aquellos que tenemos responsabilidades familiares o laborales. Los opositores a los 40 años solemos tener más obligaciones familiares que los jóvenes y pueden tener menos tiempo y energía para dedicar al estudio. A veces resulta complicado también retomar el hábito de estudio tras tantos años desde que dejamos de estudiar.
Además, los opositores de mayor edad podemos tener dificultades para adaptarse a los nuevos métodos de estudio y tecnologías utilizados en las oposiciones. Esto puede ser un desafío especialmente para aquellos que no están acostumbrados a la tecnología o tienen problemas para aprender nuevas habilidades.
¿Y qué hay de opositar cuando se tienen hijos pequeños?
Opositar cuando se tienen hijos pequeños puede ser un desafío adicional, pero también puede tener aspectos positivos. En primer lugar, la paternidad o la maternidad pueden motivar a los opositores a trabajar más duro para alcanzar sus objetivos, para ofrecer un futuro mejor a sus hijos.
Además, opositar mientras se tienen hijos pequeños puede ser una oportunidad para enseñarles a los hijos la importancia de la dedicación y el esfuerzo. Los niños pueden aprender de primera mano la importancia de establecer metas y trabajar duro para alcanzarlas. También pueden aprender la importancia de la perseverancia y la disciplina en la vida, habilidades valiosas que les serán útiles en el futuro.
Por otro lado, opositar mientras se tienen hijos pequeños también puede ser un desafío logístico. Los opositores pueden tener dificultades para encontrar el tiempo y la energía para estudiar mientras se ocupan de las necesidades de sus hijos. En este sentido, es importante tener un buen sistema de apoyo para ayudar con el cuidado de los hijos.
También es importante tener en cuenta que opositar puede llevar a una carga emocional adicional. Los opositores pueden sentirse culpables por no dedicar suficiente tiempo a sus hijos o por no estar presente en momentos importantes. En este sentido, es importante que los opositores establezcan límites claros y realistas en cuanto al tiempo que dedican a la oposición y a sus hijos, para poder encontrar un equilibrio saludable.
En conclusión…
Resumiendo, opositar a los 40 años tiene tanto ventajas como inconvenientes. Los opositores de mayor edad tenemos más experiencia, madurez y habilidades que pueden ser valiosas en una oposición. Pero también podemos tener más responsabilidades y menos tiempo y energía para dedicar al estudio. En última instancia, la decisión de opositar a los 40 años depende de cada persona y de sus circunstancias personales y laborales. Lo importante es evaluar los pros y contras y tomar una decisión informada.
Desde mi experiencia personal, te recomendaría no quedarte con las ganas de, al menos, haberlo intentado.
¿Te estás planteando opositar a los 40 años? ¿O estás en ello? ¡Seguro que tu experiencia ayuda mucho a los lectores!
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